jueves, 5 de mayo de 2011

El narcotráfico. Ana Isabel Olmos nº 23

Como ya sabemos, el narcotráfico es una industria ilegal mundial que consiste en el cultivo, elaboración, distribución y venta de drogas ilegales.
La drogadicción acarrea importantes consecuencias sociales: crimen, violencia, corrupción o marginación entre otras cosas. Por ello, la mayoría de los países del mundo prohíben la producción, distribución y venta de esas sustancias, y como consecuencia se ha formado un mercado ilegal de sustancias estupefacientes y psicotrópicas, que produce enormes beneficios económicos. Ese es el narcotráfico.
La mayoría de estas sustancias estupefacientes se cultivan en países del tercer mundo, provenientes de Sudamérica, Sureste Asiático y Oriente Medio, que más tarde serán introducidos en los países consumidores.



Este se produce a escala global mediante cárteles y mercados subterráneos. El producto final alcanza un gran valor en el mercado negro.
Los países en los que el narcotráfico es más abundante son:

Colombia ha tenido cuatro de los carteles de narcotráfico más poderosos del mundo, que en algunos lugares crearon una nueva clase social e influenciaron grandemente la cultura colombiana. El uso de la hoja de coca, la marihuana y otras plantas, había sido parte del estilo de vida de algunas comunidades indígenas a lo largo de América del Sur, pero la demanda mundial de drogas psicoactivas durante las décadas de 1940 y 1970 incrementaron la producción y procesamiento de estas en Colombia. Se implementaron leyes de prohibición en Estados Unidos y en Colombia para sofocar el efecto negativo de las drogas en la sociedad y castigar a quienes las cultivaran, poseyeran, comercializaran o distribuyeran.
Con la prohibición, productores y traficantes formaron carteles clandestinos armados. Durante la década de 1980, al incrementarse la demanda, los carteles se expandieron y se organizaron en grupos criminales y bandas organizadas de mayor envergadura.

En México, los cambios originados por la influencia estadounidense sobre las operaciones colombianas modificaron también los sectores de influencia. Se fue desarrollando el equipo y la organización para sembrar y transformar la pasta de cocaína en polvo. Se repartió el territorio y el país se volvió un mayor productor, así como un consumidor en potencia.
En las fronteras de México ocurre un fenómeno importante: entran grupos de narcotraficantes por el sur y  la producción de anfetaminas o de drogas sintéticas que se crean en laboratorio, no puede ser cubierta por un solo grupo, por lo que vuelven a aparecer nuevos grupos de narcotraficantes.
La corrupción es tal que además, los narcotraficantes organizan bandas de asaltantes que roban la sustancia de camiones, identificando rutas y horarios que hacen vulnerables a la industria farmacéutica, ésta unas veces fue víctima y otras estuvo en complicidad y en manos de las mismas organizaciones. En los años recientes, el narcotráfico mexicano abre la bercha en México del consumo de drogas principalmente la mariguana y la cocaína, los inhalables, después los estimulantes de tipo anfetamínico, de menor consumo es la heroína, y los alucinógenos. En la actualidad los niveles de producción y tráfico de las drogas en México en lugar de disminuir han aumentado. El consumo se da principalmente en las zonas urbanas, y la edad promedio es entre los 18 y 34 años de edad.



Perú, segundo productor mundial de hoja de coca, materia prima para elaborar cocaína, tiene unas 51.000 hectáreas de cultivos de la planta en la zona andina y más del 90 por ciento de la producción termina en manos del narcotráfico, según las autoridades locales.
El narcotráfico viene creciendo en Perú y amenaza con alcanzar los niveles de México.

Bolivia es el tercer productor de cocaína, además de ser un área de tránsito importante para esa sustancia procedente de Perú. En los últimos años a crecido el nivel de producción de droga,  así como la presencia de narcotraficantes procedentes de México y Colombia operando en Bolivia.
También se dice, al conocer datos de la economía boliviana, que el narcotráfico sustenta su economía, aunque están realizando todos los esfuerzos por combatir contra ello.

En Venezuela el tráfico de drogas cubre actividades que van desde la compra, el financiamiento y el transporte de la materia prima, los insumos, los productos y los subproductos, el establecimiento de laboratorios, operación de los mismos y aeropuertos clandestinos, hasta la creación de intrincadas redes de comercialización al mayor y al detal, de aparatos de violencia y de soborno a funcionarios y políticos y de mecanismos para el lavado de dólares. Por otra parte, dado su carácter de ilegalidad, conlleva el establecimiento de sociedades secretas, cerradas y selectivas, como ocurre con todas las mafias.
Venezuela es uno de los principales países de tránsito para el envío de cocaína, heroína, y cannabis hacia los Estados Unidos y Europa. Los cargamentos dentro de contenedores por transporte marítimo comercial constituyen el método predominante de contrabando de una o más toneladas de cocaína. La heroína se transporta principalmente por correo en las aerolíneas comerciales.



En España también se ha disparado el narcotráfico en los últimos tiempos.
Las últimas novedades que advierte la policía están en la consolidación de la ruta africana y en el papel que están empezando a tener la aparición de súbditos venezolanos en las últimas operaciones policiales. Empiezan a estar cada vez más seguros de que los narcotraficantes colombianos tienen depósitos de cocaína en países africanos al sur de Mauritania. Esa droga llega a Europa a través de España por diferentes vías: mediante contenedores, en barcos gallegos que bajan a África, donde se sienten más seguros, e incluso en avión.
La consecuencia de este fenómeno es preocupante: la cocaína se ha convertido en una droga muy asequible a cualquier bolsillo, incluido el de los adolescentes, donde su consumo se ha multiplicado por cuatro en cinco años. España es ahora el país con más alto índice de consumo de Europa.
 
 
 

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