jueves, 28 de abril de 2011

La Gran Dolina: explicacion de sus distintos niveles y estratos SANDRA CACHORRO

-Gran Dolina


La cueva denominada Gran Dolina está totalmente formada por sedimentos que forman un yacimiento de más de 20 metros de profundidad.
La construcción de la trinchera del ferrocarril cortó la cueva y destruyó su boca de entrada y parte del yacimiento. El yacimiento de la Gran Dolina está organizado en once niveles, que se depositaron en distintos momentos del Pleistoceno, desde hace un millón de años hasta  hace unos 130 000 años.
Los niveles de la Gran Dolina se nombran con la letras TD (Trinchera Dolina) y su número de orden correspondiente: TD1, el más bajo, a TD11, el más alto. Cada nivel puede estar formado por una o más capas o estratos.


En los niveles inferiores se han encontrado restos de animales carnívoros, como el tigre de dientes de sable así como una nueva especie de oso antecesor del oso de la cavernas que ha sido bautizado como "Ursus doliniensis", en referencia a su lugar de descubrimiento.
En varios niveles se han recuperado restos fósiles de vertebrados y utensilios fabricados por los homínidos en sílex, cuarzo, cuarcita, arenisca y caliza.
La entrada y el vestíbulo de la cueva fueron utilizados como campamento en algunos momentos del Pleistoceno, según demuestran excavaciones de los niveles TD10 y TD6.
La cueva de la Gran Dolina se abrió al exterior hace unos 900 000 años. En ese momento entraron o cayeron animales en su interior. Durante la excavación de un sector de TD4 se han obtenido fósiles de ciervos gigantes y rinocerontes, entre otros mamíferos. También entraron homínidos en la cavidad, como lo demuestra el hallazgo de varias herramientas de cuarcita fabricadas con cantos recogidos en el río Arlanzón .

Este hallazgo demostró que los homínidos ya vivían en Europa en esa época tan lejana del Pleistoceno. Durante mucho tiempo la comunidad científica había considerado que los homínidos llegaron a Europa hace tan sólo medio millón de años, durante el Pleistoceno medio.


En el nivel 6 se encontraron en 1994 restos de un cráneo, denominado como ''El niño de Gran Dolina'', que se identificó como perteneciente a una nueva especie de homínido, Homo antecessor, del que posteriormente se encontrarían restos de hasta 6 individuos.
Dichos restos se asemejaban al Homo heidelbergensis, por características de su frente y los dientes, pero también presentaban características más modernas, como los rasgos de su cara, propias del Homo sapiens, (el ser humano actual); por lo tanto, se les identifica como el antepasado común de ambos. El estudio de los huesos reveló huellas de cortes hechas por una herramienta humana, es decir, se determinó que estos antiguos habitantes de la Gran Dolina practicaban el canibalismo.

La excavación de un área de entre seis y siete metros cuadrados del estrato ''Aurora'' permitió obtener 250 herramientas de piedra y casi un centenar de restos de homínidos. Se trata de la evidencia más antigua y directa de la presencia de una especie humana.

Métodos de trabajo en Atapuerca. Marta Aragoneses

Los fósiles encontrados en el yacimiento de Atapuerca (Burgos) han revolucionado y aportado muchos datos a cerca del enigma que supone la evolución humana. El primer fósil se encontró en 1962 cuando se construía en la sierra de atapuerca un ferrocarril que la atravesaba. Desde entonces se ha organizado en atapuerca una excavación para encontrar nuevos restos.
La excavación es un proceso en el que se ponen en práctica técnicas de campo que nos permiten recuperar y almacenar objetos para su posterior estudio. Dándose los siguientes pasos:  
               - Primero se desarrolla un programa de investigación  y  se diseñan las estrategias que se llevaran a cabo en la propia excavación (que zonas excavar, como hacerlo, la organización...)

                -Luego se procede a la formación de un equipo de investigadores; el trabajo individual deja paso al trabajo en equipo.

                 -También es necesario contar con los materiales adecuados, seguir un cierto orden, contar con un  laboratorio bien equipado y aplicar una serie de técnicas que nos permitan recuperar el máximo de información.

                 - Se forma la estructura donde se situarán los arqueólogos para excavar y se procede a la excavación.

                
                    -Cuando se encuentran los restos fósiles se anotan las coordenadas de cada objeto recuperado  ya que el sitio donde es encontrado también puede ayudarnos a comprender muchas cosas como de qué murieron, si les enterraron... Para esto en Atapuerca ya cuentan con tecnología como las PDA o agendas electronicas donde anotan las coordenadas.

                     -Más tarde, al recoger estos materiales el sedimento se traslada al río en sacos debidamente etiquetados con el fin de recuperar los pequeños restos, es decir se lava el sedimento para eliminar la arcilla. Acabado el proceso de lavado y secado se cogen los fósiles que están mezclados entre las gravas y las arenas.
            
                      -De allí serán trasladados al laboratorio donde serán estudiados.

Al principio de este video se explica mejor como se organiza un equipo de investigación a la hora de excavar en atapuerca:
           
Marta Aragoneses de Andrea. Nº2

miércoles, 27 de abril de 2011

La Sima de los Huesos.

El mayor yacimiento de fósiles humanos de la historia.
La Sima de los Huesos, uno de los yacimientos situados en Atapuerca, es una pequeña cavidad situada en la base de un pozo de unos 14 metros de profundidad que se haya en la parte más incrustada de la Cueva Mayor. En ella se han encontrado gran cantidad de huesos animales y humanos. Los sedimentos de este lugar datan de hace 400.000 años, y están muy bien conservados. Lo que le otorga importancia a este yacimiento es la cantidad de restos humanos encontrados, más de 5.000 fósiles, pertenecientes a un grupo de 28 individuos de la especie Homo heidelbergensis.


Un viaje hasta la Sima de los Huesos.

Cruzamos el Portalón, hemos decidido experimentar su lado más occidental. Decidimos optar por el sur, que nos deparará en la Galería del Silo.
Si continuamos nuestro recorrido, alcanzamos la Sala de los Cíclopes. Ya nos encontramos a unos 600 metros del Portalón. Si nos paramos con más detenimiento, podemos observar, oquedades en el suelo que dejaban osos que allí se acomodaban al acostarse, pero este no es nuestro objetivo.
Y la verdad, es que queremos seguir avanzando. Vemos que en el extremo sureste de la Sala de los Cíclopes hay una rampa, y ascendemos hasta una pequeña galería ciega, en cuyo extremo se abre una sima de unos cuatro metros de diámetro y de unos catorce metros de profundidad; hemos alcanzado nuestro destino, la Sima de los Huesos.



¿Cuáles han sido los descubrimientos de la Sima?

El primer descubrimiento de fósil humano en la Sima fue en la década de los 70, una mandíbula humana, encajada en la época del Pleistoceno Medio, que marcó el comienzo de una gran serie de hallazgos.
Más tarde se encontraron algunos dientes y nuevos fragmentos de mandíbula, de cráneo, y de huesos largos.
Ya en 1983 se extrajeron unos pocos kilos de sedimento para comprobar si aún quedaban fósiles humanos en la Sima de los Huesos, al lavar y tamizar los sedimentos extraídos, confirmaron el gran potencial científico del yacimiento. Y con estos hallazgos, se comenzó la siguiente campaña de excavación y la intervención sistemática en el yacimiento.
Así se sucedieron numerosos descubrimientos hasta desembocar en un grupo de fósiles pertenecientes a una comunidad de 28 individuos de la especie Homo heidelbergensis.




El misterio de la Sima, ¿porqué ha sido cuna de tantos fósiles humanos?

Hace poco tiempo los paleontólogos hallaron un diente que les permitió explicar lo que había pasado en el yacimiento. Según Arsuaga, hace 300.000 años depositaron o cayeron cadáveres humanos. El científico supone que debieron morir muchos en poco tiempo, tal vez por una sequía o por falta de alimentos.
A los paleontólogos les llamaba la atención que en la cueva aparecieran en un primer nivel restos humanos y en los siguientes sólo encontraban restos de oso. Pero como la cueva está inclinada, ahora creen que los cadáveres que cayeron contra la pared quedaron algo protegidos.


¿Porqué es tan importante la Sima?

No se trata sencillamente de batir una marca (“mi yacimiento tiene más individuos que el suyo”), sino de una cuestión capital desde el punto de vista científico. Si el número de individuos en una muestra es muy bajo, no es posible conocer la variabilidad de la población original y, por tanto, es muy difícil comparar los resultados de cualquier estudio. En cambio, cuando el número de individuos es alto, se hace posible determinar las causas y grados de la variabilidad biológica y se pueden extraer conclusiones firmes sobre los humanos fósiles.
Para una mayor aclaración...

martes, 26 de abril de 2011

Clima, fauna y flora de Atapuerca en el Pleistoceno. Ana Isabel Olmos

Los estudios en la sierra de Atapuerca, en la provincia de Burgos, nos han dado a conocer que durante un tiempo llegaron a convivir dos especies de homínidos muy similares en un mismo sitio, con actividades idénticas y gustos parecidos que debían compartir entre sí. Estas dos especies eran el Homo antecessor, última especie común entre neandertales y sapiens, y el Homo heidelbergensis, un ancestro de los neandertales.
Estas dos especies convivieron en la época del Pleistoceno Inferior, en la era Cenozoica,  pues el Homo antecessor data que vivió en Atapuerca hace 800 mil años, y el Homo heidelbergensis hace unos 500 mil años aproximadamente.
Gracias a todos los estudios arqueológicos y paleontológicos que a lo largo de los años se han realizado en la sierra de Atapuerca, nos han permitido conocer el contexto en el que se desarrollaron ambas especies, tanto el clima, como la fauna y la flora.
Las excavaciones están divididas en diez niveles que dividen diferentes periodos temporales, pero nosotros nos centraremos en los cuatro últimos niveles pertenecientes a la vida y convivencia de las especies estudiadas.
Las oscilaciones climáticas ocurridas durante el Pleistoceno provocaron cambios en el entorno natural, dando lugar a distintos ecosistemas que han podido ir siendo reconstruidos a partir del registro fósil hasta llegar a hacernos una idea bastante aproximada de los distintos paisajes que, a lo largo de este tiempo, se desarrollaron en la Sierra. En el caso de los vegetales, el registro fósil que se utiliza para  el estudio es el polen que proporcionan la Gran Dolina y la Galería.
El nivel 6 se sitúa hace unos 800 mil años, y corresponde a una transición desde una etapa glaciar a un interglaciar. Así, su parte inferior presenta un porcentaje bajo de polen de robles y de encinas/quejigos mientras que abundan sabinas y enebros.
En el nivel 7 la proporción de polen de árboles es moderadamente alta, y predominan los robles y las encinas/quejigos, además aparecen mezcladas especies de clima mediterráneo, como el olivo y la vid silvestres, con otras de clima húmedo como las hayas.
En el nivel 8, hace unos 600 mil años, nos encontramos con un paisaje diferente, marcado por la importancia que adquieren las especies de clima templado y húmedo, como castaños, hayas y abedules.
Por último, en el nivel 10, hace unos 350 mil años, existe una elevada proporción de polen de árboles, pero dominada por los pinos, lo que nos lleva a interpretar que el clima era frío pero más seco que en los niveles inferiores.




En el caso de la fauna, en la sierra de Atapuerca se han encontrado restos fósiles de animales carnívoros y herbívoros.
Se observan leones, jaguares, tigres de dientes de sable, lobos o hienas que competirían con los homínidos para dar caza o carroñear los restos de animales herbívoros como grandes rinocerontes, bisontes, jabalíes, caballos, ciervos gigantes, gamos, mamuts, elefantes, o incluso hipopótamos.
Al igual que cambió el clima, también cambiarían los animales dependiendo de este, por lo que desaparecería algunas de las especies animales que no fueran capaces de sobrevivir a tales temperaturas y aparecerían otra nueva fauna glaciar como zorros árticos, renos, rinocerontes lanudos.
Y por último, no podemos olvidarnos del uno de los animales carnívoros más abundante e importante de la sierra de Atapuerca, el oso cavernario, que solía hibernar en cuevas al igual que los homínidos, de los cuales se encontraron huesos pertenecientes al oso cavernario y al Homo Heidelbergensis en la Sima de los Huesos.